Over and over7, 60 x 40 in, acrylic on canvas, 2007

ARTES Y LETRAS
Por JANET BATET
Especial/El Nuevo Herald

Silencio, sosiego, deleite. Si hay un sesgo para la meditación y un reconciliador viaje interior, tan necesario y siempre relegado por las premuras de la vida cotidiana, este privilegiado momento lo pone ahora a nuestro alcance Art Space, Virginia Miller Gallery. Volver: recent paintings es el título de la muestra personal de Michelle Concepción, cuyo sentido por la composición, y el juego con las formas y el color, crean universos de gran poder evocador.

Mucho se ha conjeturado sobre la naturaleza de la obra de Concepción. Algunos parecen descubrir elementos microcelulares; otros, galácticos. Lo cierto es que, independientemente de la micro o macro escala inferida, su pintura, altamente sugerente, ofrece al espectador el camino propicio a la imaginación y el pleno goce de la forma per se.

Los cuadros, la mayoría de gran formato, están casi siempre poblados por formas abstractas, reminiscencias ovoides o suertes de paramecios, rocas o asteroides suspendidos. Otras veces, como en la obra Twist, trazos de movimientos, como estelas de trayectorias que fueron animan el ojo del espectador, presa de la travesía. En este sentido, las obras bien parecieran la impronta de la exposición en una cámara oscura, donde el movimiento del sujeto fotografiado deja una especie de secuela que más tarde le definirá, cuando ya no esté presente.

Michelle Concepción introduce, de esta manera, una nueva dimensión de la que poco se ha hablado en su obra: el tiempo. Sus cuadros, impregnados de la noción de movimiento, insinúan formas que navegan, sin prisa, en consonancia absoluta. Esta idea de tiempo es reforzada con un recurso sinestésico: la sensación espacial, tridimensional, donde el fondo dominantemente negro y la superposición de formas logran la efectiva sensación de profundidad y el medio propicio para la danza de forma y color a la que asistimos. El hecho de que Michelle haya dado el título de Volver a la muestra emplaza también nuevos niveles de lectura asociados una vez más a la dimensión temporal, donde microcosmos y macrocosmos se imbrican en un sugerente discursar.

Si en su etapa precedente todavía la artista estaba más apegada al dibujo, al trazo de realidad, a la representación, ahora Michelle Concepción nos ofrece una obra mucho más depurada, con un estilo más personal alcanzando, a mi juicio, su madurez como artista. Atendiendo al color, dos tipos de obras saltan a la vista, una monocroma, donde el gusto por la paleta de grises es una constante, y otra donde la explosión de colores radiantes se impone. Limas, aquas, bermellones, naranjas encendidos coexisten, se superponen y fusionan a ratos a través de transparencias que sugieren, a veces, el elemento acuoso como medio dominante; otras, las formas parecen suspendidas, como flotando en el éter.

El proceso de producción de la obra es tan estético que parece en sí mismo un performance. En la presente muestra, un video expuesto al público, registra a la artista en plena faena creativa: movimientos sinuosos, de amplias curvas, cadenciosa danza entre la artista y el lienzo que garantizan el nacimiento del grácil universo que conforma la obra de Michelle Concepción.

La artista ha apuntado lo complejo del proceso creativo de sus cuadros que puede llegar a tomar varios meses, y hasta un año. Dispuesto el cuadro sobre el piso, múltiples son las capas de pintura que, como estratos o sedimentos que el tiempo va dejando, la artista imprime al lienzo. Tanto es magnificado ese tiempo, que puede hablarse por momentos de un tiempo suspendido, y es justo en esos momentos más logrados que alcanzamos la comunión más completa con la forma pura, desprovista de cualquier referencia cotidiana, ese momento mágico en el que somos nosotros y sólo nosotros frente al acto estético más puro.

Sin duda, el carácter evocador es el leitmotiv de la obra de Michelle Concepción donde, a partir del elemento mínimo –textura, color y luz–, la artista logra hacer sentir en el espectador las más disímiles sensaciones, todas válidas.

Conocida en el circuito europeo, principalmente en Alemania y España, donde ha presentado varias muestras individuales, la artista realiza, con Volver: Recent Paintings, su primera exposición individual en suelo americano, aún cuando su obra nos sea ya familiar a través de varias muestras colectivas a nivel nacional.•

Volver: Recent Paintings‘ de Michelle Concepción. Hasta el 26 de septiembre. ArtSpace/Virginia Miller Galleries, 169 Madeira Avenue, Coral Gables, (305) 444-4493).

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